Hola a todos.
Como ya sabréis, el martes pasado en nuestro instituto, se llevó a cabo la actividad “Un día con burka”, por parte de las alumnas de primero de bachillerato, acompañadas por nosotros, los niños. Ese día casi todas las chicas de primero de bachillerato, se pusieron un burka, para que todo el instituto viera como es la situación y la vida de esas mujeres, y se concienciaran y para ver qué clase de traje tienen que llevar puesto las mujeres afganas, el burka, que es una prenda, un traje normalmente azul, que cubre el cuerpo y la cara por completo, con una rejilla en los ojos, por la que tienen que ver, la cual no deja mucha visibilidad y además no permite que las mujeres sean vistas. Esta prenda es impuesta por los talibanes, los cuales tienen el poder en gran parte de este país, pero ni la religión ni el Corán exigen que las mujeres la lleven puesta. Este traje es un reflejo de la falta de libertad de la que goza la mujer en este país, con el cual van prácticamente aprisionadas y no se trata de una prenda cómoda precisamente, ya que el burka ejerce presión sobre la cabeza, ya que es la que aguanta el peso del traje. Por eso se realizó esta actividad, para que estas niñas vieran y sintieran en carne propia como se sienten y viven cada día estas mujeres afganas. Como ya os he comentado las mujeres de este país no gozan de mucha libertad. Desde la llegada al poder de los talibanes, en 1996, las mujeres se vieron privadas de muchas libertades: estaban en el hogar como servidoras de los hombres, sólo pueden salir de casa con la compañía de un varón y con su permiso, se les prohibió estudiar, conducir, se les negó el acceso al servicio sanitario, lo que provocó la muerte de muchas mujeres afganas, les estaba terminantemente prohibido realizar cualquier actividad o cosa que pudiera molestar o perturbar a los hombres, perdieron sus trabajos, etc. Estos son muchos aspectos de la vida diaria de las mujeres afganas y de cómo llevan su vida y sobreviven con el régimen talibán.
El libro “Un burka por amor”, refleja muy bien cómo es la situación de las mujeres en este país, Afganistán, en el que se narran hechos reales y se describe la vida de estas mujeres. Las mujeres allí están infravaloradas y discriminadas, y sólo por una cuestión de sexo, el ser mujer.
Bueno, dada una breve descripción de la vida diaria de las mujeres en ese país, digo breve, porque en realidad no nos imaginamos lo duro que tiene que ser vivir en Afganistán, y más siendo mujer, voy a describiros como fue sucediéndose esta actividad y cuál fue el comportamiento y la reacción de la mayoría, al ver a un grupo de personas vestidas con el burka.
A las 8:00 comenzó la actividad “Un día con burka”, después de que todos nos hubiéramos reunido en la clase a las 07:45 para que las chicas se pusieran el burka y se prepararan, y para que Miguel nos diera una instrucciones y nos repartiera la lengua trapera que habían hecho para este día tan especial, de la cual se hicieron más copias de las habituales. Todos estábamos muy nerviosos.
Justo al salir de la clase en la que las chicas se habían puesto el burka, observé las miradas de sorpresa de todos los que había allí presentes, y por supuesto algunas risas, incluso por parte de nosotros, pero se trataba de una risa nerviosa. Nosotros, cada dos chicos, íbamos acompañando a una chica distinta ataviada con burka. La mayoría se preguntaban el por qué varias personas iban así vestidas, con ese traje llamado burka que las tapaba completamente, dejando sólo una rejilla en los ojos que les permitiera ver, pero no ser vistas. Para resolver la duda de esta gente (algunos creerían que ya era carnaval), fuimos repartiendo la Lengua Trapera, que dos compañeros habían preparado para este día, en el que explicaban en qué consistía esta actividad, como se llamaba el traje que las chicas llevaban puesto, y la situación y el modo de vida que lleva la mujer afgana. Todos se preguntaban ¿esto qué es?
Bajando las escaleras, cada vez más y más miradas de asombro y curiosidad, chicas con burka y rodeada de dos chicos que le llevaban la maleta, los abrigos, la carpeta, lo que trajeran. Recuerdo que se me acercó un chaval que debía de estar en primero de ESO y me preguntó “¿Quillo esto qué es carnaval o qué?, a lo que yo le di una lengua trapera.
Las chicas continuaban nerviosas, ya que hacía muy poco que había comenzado esta actividad, para la que habían hecho un gran trabajo, empezando por hacerse los burkas, y terminando por tener el valor de intentar superar la vergüenza de llevarlo puesto en un instituto para que todo el mundo las viera, y sentir lo que esas mujeres sienten a diario en Afganistán.
Llegamos a nuestra primera clase del día, inglés, en la cual nuestro profesor pidió nuestra opinión sobre este tema, y nos preguntó que si creíamos que las mujeres de estos países eran felices, a la que casi todos los preguntados respondieron que probablemente no sean muy felices. De la opinión de la mayoría se pueden sacar varios puntos en común, estaban de acuerdo en que en ese país, las mujeres no son tratadas como verdaderas personas, están infravaloradas. Además estuvimos comentando cosas sobre el gobierno imperante en Afganistán, los talibanes, y por desgracia de la falta de libertad que tienen las mujeres allí.
Las 9:00. Finalizada la clase de inglés, las chicas volvieron a ponerse el burka, para dirigirse a la clase de Proyecto integrado. Durante nuestro recorrido por los pasillos acompañando a la niñas, me fijé de nuevo, en la cantidad de miradas estupefactas que había, impresionadas, y varias reacciones por parte de la gente; algunos decían: ¿esto qué es por Dios?, ¡qué miedo! Y otros se limitaban a reírse, seguramente pos su falta de concienciación y de información e ignorancia sobre este tema. En el camino hacia la clase de P.I, ya las niñas comenzaron a sentirse agobiadas con el burka y comentaron que les daba calor; pero a la vez decían que tenían bastante claro el porqué estaban haciendo esto y llevaban el burka puesto, y que no le importaban las risas, nosotros intentábamos animarlas.
En la clase de P.I nuestro profesor, Miguel Roa, que fue el encargado de poner en marcha y en funcionamiento esta actividad, ya que llevamos desde el primer trimestre tratando el tema de la mujer, y además en Afganistán, puesto que nos mandó la lectura del libro “Un burka por amor”, estuvo comentando que si en nuestro instituto hubiera más niños musulmanes, se sentirían ofendidos por esto, y nos contó que por ejemplo en Francia esta actividad sería más difícil llevarla a cabo.
Durante esta clase entraron unas compañeras del bachillerato de sociales, que tenían una hora libre y vinieron a pedirle permiso a Miguel para ir clase por clase explicando un poco de qué trataba este tema. Una alumna comentó que le habían tirado una bola de papel, y otra que le habían dado una patada, algo que me parece fatal…
Ya son las 10:00, y nos dirigimos hacia la clase de educación física, en este caso fuera del instituto; en el pabellón. En el pasillo noto en algunos un tono de burla y se limitan a decir ¡de dónde has salido tú!, ¡qué susto!, ya sabéis las típicas gracias y de los típicos graciosos, en fin...
Las chicas se quitan el burka para salir del instituto, algo que puedo llegar a entender, ya que para ellas tiene que ser muy difícil salir a la calle vestidas con un burka.
En el pabellón, se realizaron muchas fotografías, creo yo que como anécdota, ya que no me imagino yo, en Afganistán, a las niñas en un pabellón deportivo, y posando delante de una portería para que le hagan unas fotos, vestidas con el burka. Sirvió como anécdota, para ver una vez más la situación de estas chicas, tan distinta de la nuestra…
El recreo lo pasamos la mayoría de nosotros en la clase de P.I. Una vez que este finalizó nos dirigimos a la clase de Física y Química (11:30), y el comentario de nuestro profesor fue que el burka le parecía una vestimenta degradante.
El resto del día transcurrió más tranquilo, ya algunos conocían más sobre el tema, gracias a la lengua trapera, y seguramente a los comentarios de cada profesor en las distintas asignaturas.
En matemáticas, nuestro profesor comentó que nosotros tenemos mucha influencia de los moros, del mundo musulmán, debido al tiempo que estuvieron en España.
Así transcurrió este día tan especial, en el que cada vez iba disminuyendo la sorpresa y el asombro.
Creo que esta actividad ha servido para concienciar a muchos, y para descubrir un modo de vida muy distinto al nuestro, sobre todo el de las mujeres en Afganistán, privadas de todo tipo de libertades. En definitiva, estas chicas se encargaron de mostrarnos otra cultura, la cual es muy distinta a la nuestra.
Felicito a todas mis compañeras por el esfuerzo hecho, y porque está actividad salió muy bien, aunque al principio a lo mejor no estuviéramos seguros de ello, debido a la vergüenza y a que todo esto era demasiado nuevo y “raro” para nosotros.
Espero que os haya gustado, que os haya servido y hayáis aprendido algo nuevo, como lo hemos hecho nosotros desde el primer trimestre hasta aquí.
Hasta la semana que viene.
Como ya sabréis, el martes pasado en nuestro instituto, se llevó a cabo la actividad “Un día con burka”, por parte de las alumnas de primero de bachillerato, acompañadas por nosotros, los niños. Ese día casi todas las chicas de primero de bachillerato, se pusieron un burka, para que todo el instituto viera como es la situación y la vida de esas mujeres, y se concienciaran y para ver qué clase de traje tienen que llevar puesto las mujeres afganas, el burka, que es una prenda, un traje normalmente azul, que cubre el cuerpo y la cara por completo, con una rejilla en los ojos, por la que tienen que ver, la cual no deja mucha visibilidad y además no permite que las mujeres sean vistas. Esta prenda es impuesta por los talibanes, los cuales tienen el poder en gran parte de este país, pero ni la religión ni el Corán exigen que las mujeres la lleven puesta. Este traje es un reflejo de la falta de libertad de la que goza la mujer en este país, con el cual van prácticamente aprisionadas y no se trata de una prenda cómoda precisamente, ya que el burka ejerce presión sobre la cabeza, ya que es la que aguanta el peso del traje. Por eso se realizó esta actividad, para que estas niñas vieran y sintieran en carne propia como se sienten y viven cada día estas mujeres afganas. Como ya os he comentado las mujeres de este país no gozan de mucha libertad. Desde la llegada al poder de los talibanes, en 1996, las mujeres se vieron privadas de muchas libertades: estaban en el hogar como servidoras de los hombres, sólo pueden salir de casa con la compañía de un varón y con su permiso, se les prohibió estudiar, conducir, se les negó el acceso al servicio sanitario, lo que provocó la muerte de muchas mujeres afganas, les estaba terminantemente prohibido realizar cualquier actividad o cosa que pudiera molestar o perturbar a los hombres, perdieron sus trabajos, etc. Estos son muchos aspectos de la vida diaria de las mujeres afganas y de cómo llevan su vida y sobreviven con el régimen talibán.
El libro “Un burka por amor”, refleja muy bien cómo es la situación de las mujeres en este país, Afganistán, en el que se narran hechos reales y se describe la vida de estas mujeres. Las mujeres allí están infravaloradas y discriminadas, y sólo por una cuestión de sexo, el ser mujer.
Bueno, dada una breve descripción de la vida diaria de las mujeres en ese país, digo breve, porque en realidad no nos imaginamos lo duro que tiene que ser vivir en Afganistán, y más siendo mujer, voy a describiros como fue sucediéndose esta actividad y cuál fue el comportamiento y la reacción de la mayoría, al ver a un grupo de personas vestidas con el burka.
A las 8:00 comenzó la actividad “Un día con burka”, después de que todos nos hubiéramos reunido en la clase a las 07:45 para que las chicas se pusieran el burka y se prepararan, y para que Miguel nos diera una instrucciones y nos repartiera la lengua trapera que habían hecho para este día tan especial, de la cual se hicieron más copias de las habituales. Todos estábamos muy nerviosos.
Justo al salir de la clase en la que las chicas se habían puesto el burka, observé las miradas de sorpresa de todos los que había allí presentes, y por supuesto algunas risas, incluso por parte de nosotros, pero se trataba de una risa nerviosa. Nosotros, cada dos chicos, íbamos acompañando a una chica distinta ataviada con burka. La mayoría se preguntaban el por qué varias personas iban así vestidas, con ese traje llamado burka que las tapaba completamente, dejando sólo una rejilla en los ojos que les permitiera ver, pero no ser vistas. Para resolver la duda de esta gente (algunos creerían que ya era carnaval), fuimos repartiendo la Lengua Trapera, que dos compañeros habían preparado para este día, en el que explicaban en qué consistía esta actividad, como se llamaba el traje que las chicas llevaban puesto, y la situación y el modo de vida que lleva la mujer afgana. Todos se preguntaban ¿esto qué es?
Bajando las escaleras, cada vez más y más miradas de asombro y curiosidad, chicas con burka y rodeada de dos chicos que le llevaban la maleta, los abrigos, la carpeta, lo que trajeran. Recuerdo que se me acercó un chaval que debía de estar en primero de ESO y me preguntó “¿Quillo esto qué es carnaval o qué?, a lo que yo le di una lengua trapera.
Las chicas continuaban nerviosas, ya que hacía muy poco que había comenzado esta actividad, para la que habían hecho un gran trabajo, empezando por hacerse los burkas, y terminando por tener el valor de intentar superar la vergüenza de llevarlo puesto en un instituto para que todo el mundo las viera, y sentir lo que esas mujeres sienten a diario en Afganistán.
Llegamos a nuestra primera clase del día, inglés, en la cual nuestro profesor pidió nuestra opinión sobre este tema, y nos preguntó que si creíamos que las mujeres de estos países eran felices, a la que casi todos los preguntados respondieron que probablemente no sean muy felices. De la opinión de la mayoría se pueden sacar varios puntos en común, estaban de acuerdo en que en ese país, las mujeres no son tratadas como verdaderas personas, están infravaloradas. Además estuvimos comentando cosas sobre el gobierno imperante en Afganistán, los talibanes, y por desgracia de la falta de libertad que tienen las mujeres allí.
Las 9:00. Finalizada la clase de inglés, las chicas volvieron a ponerse el burka, para dirigirse a la clase de Proyecto integrado. Durante nuestro recorrido por los pasillos acompañando a la niñas, me fijé de nuevo, en la cantidad de miradas estupefactas que había, impresionadas, y varias reacciones por parte de la gente; algunos decían: ¿esto qué es por Dios?, ¡qué miedo! Y otros se limitaban a reírse, seguramente pos su falta de concienciación y de información e ignorancia sobre este tema. En el camino hacia la clase de P.I, ya las niñas comenzaron a sentirse agobiadas con el burka y comentaron que les daba calor; pero a la vez decían que tenían bastante claro el porqué estaban haciendo esto y llevaban el burka puesto, y que no le importaban las risas, nosotros intentábamos animarlas.
En la clase de P.I nuestro profesor, Miguel Roa, que fue el encargado de poner en marcha y en funcionamiento esta actividad, ya que llevamos desde el primer trimestre tratando el tema de la mujer, y además en Afganistán, puesto que nos mandó la lectura del libro “Un burka por amor”, estuvo comentando que si en nuestro instituto hubiera más niños musulmanes, se sentirían ofendidos por esto, y nos contó que por ejemplo en Francia esta actividad sería más difícil llevarla a cabo.
Durante esta clase entraron unas compañeras del bachillerato de sociales, que tenían una hora libre y vinieron a pedirle permiso a Miguel para ir clase por clase explicando un poco de qué trataba este tema. Una alumna comentó que le habían tirado una bola de papel, y otra que le habían dado una patada, algo que me parece fatal…
Ya son las 10:00, y nos dirigimos hacia la clase de educación física, en este caso fuera del instituto; en el pabellón. En el pasillo noto en algunos un tono de burla y se limitan a decir ¡de dónde has salido tú!, ¡qué susto!, ya sabéis las típicas gracias y de los típicos graciosos, en fin...
Las chicas se quitan el burka para salir del instituto, algo que puedo llegar a entender, ya que para ellas tiene que ser muy difícil salir a la calle vestidas con un burka.
En el pabellón, se realizaron muchas fotografías, creo yo que como anécdota, ya que no me imagino yo, en Afganistán, a las niñas en un pabellón deportivo, y posando delante de una portería para que le hagan unas fotos, vestidas con el burka. Sirvió como anécdota, para ver una vez más la situación de estas chicas, tan distinta de la nuestra…
El recreo lo pasamos la mayoría de nosotros en la clase de P.I. Una vez que este finalizó nos dirigimos a la clase de Física y Química (11:30), y el comentario de nuestro profesor fue que el burka le parecía una vestimenta degradante.
El resto del día transcurrió más tranquilo, ya algunos conocían más sobre el tema, gracias a la lengua trapera, y seguramente a los comentarios de cada profesor en las distintas asignaturas.
En matemáticas, nuestro profesor comentó que nosotros tenemos mucha influencia de los moros, del mundo musulmán, debido al tiempo que estuvieron en España.
Así transcurrió este día tan especial, en el que cada vez iba disminuyendo la sorpresa y el asombro.
Creo que esta actividad ha servido para concienciar a muchos, y para descubrir un modo de vida muy distinto al nuestro, sobre todo el de las mujeres en Afganistán, privadas de todo tipo de libertades. En definitiva, estas chicas se encargaron de mostrarnos otra cultura, la cual es muy distinta a la nuestra.
Felicito a todas mis compañeras por el esfuerzo hecho, y porque está actividad salió muy bien, aunque al principio a lo mejor no estuviéramos seguros de ello, debido a la vergüenza y a que todo esto era demasiado nuevo y “raro” para nosotros.
Espero que os haya gustado, que os haya servido y hayáis aprendido algo nuevo, como lo hemos hecho nosotros desde el primer trimestre hasta aquí.
Hasta la semana que viene.
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